Mateo 4:1
El
capítulo 3 cerró con el bautismo de Jesucristo. Y allí mismo era cuando Él fue
bautizado en el Espíritu Santo también, por aunque Jesús había estado concebido
por el Espíritu Santo y Lo tenía el Espíritu morando dentro de Él, en el
momento de Su bautismo en agua, el Espíritu descendió SOBRE Él para darle el
poder para Su ministerio. Esto fue un momento crítico en la vida de Jesús, y yo
creo que todos necesitamos experimentar tal momento en la vida si queremos
servir al reino con efectividad. ¿Cómo? Simplemente por decir, “Yo necesito ser
lleno con Tu Espíritu, Señor, Necesito Tu Espíritu sobre mí para dame Tu
poder.” Y en fe lo recibimos en este momento. Entonces movimos adelante
ministrando con efectividad, porque verdaderamente “No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu, dice Jehová de los ejércitos.” (Zacarias 4:6).
Entonces aquí está Jesús.
El Espíritu está sobre Él. Él ha escuchado una voz del cielo y no dudo que Él
se sentía muy bien. Entonces inicia el capítulo 4…
Frecuentemente, es
verdad que después de las bendiciones grandes vienen las batallas difíciles. E
inmediatamente después de Su bautismo, el Espíritu Lo guio al desierto, en
donde Él encontraría el Enemigo.
Mateo 4:2
Los ayunos de cuarenta días fueron conocidos por
quienes estudiaron las Escrituras y a la gente de Israel que sabían la
historia. Éxodo 34:28 dice que cuando Moisés recibió la ley en el Monte
Horeb, que él no comió ni bebió por cuarenta días. En 1Reyes
19, leímos que Elías
también fue en ayunos por cuarenta días después del Señor lo mando un ángel que
lo dio un tipo de comida para sostenerlo. Moisés y Elías ambos ayunaron por
cuarenta días. Jesús ayuno por cuarenta días y en unos capítulos veremos cómo
debemos portarnos en ayunos.
Vivimos en una sociedad de adicciones no solamente
al alcohol o droga sino a la inmoralidad. Sugiero que la razón pueda ser
porque, como una sociedad, hemos ignorado el principio simple de ayunar, es
decir “no” a los deseos de la carne regularmente. Si usted siente un jalón de
la carne en cualquier área de la vida trate de decir “no” a los gustos del
estómago por un día o una semana. Cuando uno niega lo físico para concentrar en
lo espiritual, ocurre una dinámica que nos ayude sobresalir de la maldad.
Después de cuarenta días en el desierto buscando a
su Padre y negando su carne, Jesús tenía hambre. Los psicólogos nos dicen que
cuando una persona está en ayunos por mucho tiempo se pierde su apetito
completamente. El hambre solamente regresa cuando esté muy cerca de la muerte.
Por lo tanto, en este punto del día cuarenta, Jesús literalmente estaba
muriéndose del hambre. Físicamente, los sistemas de su cuerpo estaban fallando
y gritando para alimentación. Y fue entonces cuando llegó Satanás para tentar a
Jesús. Ahora, antes de consideramos la tentación de Jesús, quiero que recuerde
que el Espíritu lo había guiado al desierto. ¿Por qué motivo el Espíritu
hubiera guiado a Jesús a un lugar en donde la tentación seguramente iba a
pasar? Yo creo que hay dos razones, los dos importantes que entendemos.
Jesús fue guiado al
desierto para revelar quién Lo es. 1 Corintios 15:45 declara que Jesús es el último Adán. Y me acuerdo
del primer Adán en el huerto de Edén quien también era tentado directamente por
Satanás.
El primer Adán estaba en un huerto hermoso. El último Adán estaba en
un desierto sin vegetación. El primer Adán comió libremente de todo excepto del
fruto prohibido. El último Adán no comió nada por cuarenta días. El primer Adán
era físicamente fuerte. El último Adán débil y cerca de la muerte. El primer
Adán condenó la humanidad porque no sobresalió de la tentación. El último Adán,
Jesucristo, sobresalió de la tentación, y vivía toda su vida sin haber pecado.
Jesús
fue guiado al desierto no solamente para revelar quién es Él, sino para
decirnos quienes somos nosotros. El libro de Hebreos dice así:
Por cuanto le era preciso ser en todo
semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo
Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Porque en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a
los que son tentados. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 2:17-18; Hebreos 4:15
No importa con que pecado está pelando usted, no
importa que tentación que está atacando a usted constantemente, Jesús sea un
Sumo Sacerdote misericordioso que ora para usted efectivamente porque Él se
siente con usted patéticamente. Él no está asustado por su pecado, porque según
Hebreos 4:15, Él fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Él estaba
tentado en todos puntos como nosotros estamos—y “todo” en el griego significa todo. Cuando nuestro Sumo Sacerdote nos
dice con compasión, “Entiendo por qué estás tan crítico o negativo, codicioso, envidioso,
cínico, odioso, vengativo, o perezoso.” Él entiende porque estaba tentado en
todos puntos—aun sin pecado. Él se hizo carne para que pudiera tener un entendimiento
íntimo de nosotros y ser nuestra fuerza en nuestro tiempo de tentación.
Mateo 4:3
En el desierto, hay millones de piedras en la forma
del bolillo. No hay duda, que durante los ayunos de Jesús, aquellas piedras hubieron
tomado el parecer del pan. Y ahora viene Satanás diciéndolo, “Si tú eres el
Hijo de Dios, cambiarás estas piedras a panes.”
¿Qué está haciendo el Enemigo aquí? Él está
cuestionando la provisión del Padre. Durante el bautismo de Jesús, Dios Lo
identifico como su Hijo amado. Ahora Satanás está echando duda en las meras
palabras que usó Dios, diciendo, “¿Si en VERDAD eres el Hijo de Dios, por qué
tienes tanta hambre? Si tú eres el Hijo de Dios, ¿Por qué estás pasando por
esta prueba? ”
Satanás es así con nosotros también, cuando él viene
a nosotros y dice, “¿Si tú eres hijo de Dios, donde está Su provisión? ¿Por qué
tiene más deudas que pagos? ¿Por qué no estás sana? ¿Por qué no tienes todo que
quieres materialmente?”
Él viene a nosotros y susurra en nuestros oídos.
“Haga las cosas en tu propio poder. Usa tu fe. Haga para que ocurra ahora.”
Pero Dios nos quiere ser pacientes. Somos Sus hijos. Y Él nos prometió que nos
dará nuestras necesidades como oramos por nuestro pan diario. La mayoría de nosotros
queremos llegar a la Tierra Prometida sin pasar por el desierto. Queremos
llegar inmediatamente, pero el Padre nos dice. “No. Hay una temporada de
preparación. Esperas. No pones en pánico. Yo proveeré.”
Como el
hombre que oró, “Señor, ¿Es verdad que para Ti un millón de años es como un secundo?”
“Sí,”
contestó el Señor.
“¡Que
impresionante! ¿Es verdad también que un millón de dólares es como un centavo?”
“Sí.”
“Pues,
Padre, ¿Me mandes un centavo?”
“Seguro… En
un secundo.”
Necesitamos tomar en cuenta que el tiempo de Dios es
muy diferente que nuestro. Jesús sabía esto. Él no empujaría ni apurar al Padre
por tomar el control por Sí mismo. Él esperaba. Y pronto--quizás solamente
horas después—los ángeles fueron a Él. En lugar de haber comido panes secos, Él
comía el pan de los ángeles. Que tantas veces he comido pan seco, porque
intento arreglar las cosas en mi propio poder en lugar de tener la paciencia de
esperar al tiempo perfecto del Padre y comer al pan de los ángeles.
Mateo 4:4
"El problema," dijo Jesús, "no está
en lo material. Más importante que la comida física es la comida espiritual que
encuentro en la Palabra de Dios." Jesús dijo que el material no es lo
importante. No solo de pan vivirá el hombre. Para
ustedes quienes están involucrados en discusiones sobre la inspiración de la
Escrituras por favor tomar nota de lo que dijo Jesús de Deuteronomio cuando
dijo, "toda palabra que sale de la boca
de Jehová vivirá el hombre." (Deuteronomio 8:3).
No son solamente los pensamientos que están inspirados. Jesús refirió a
Deuteronomio y declaró que cada Palabra que sale de la boca de Dios y es
inspirada por Dios. Cada palabra es respirada por Dios.
Mateo 4:5-6
Referimos a Salmo 91,
versículos 11
al 12, Satanás ahora está
cuestionando la protección del Padre. "¿Crees que tu Padre verdaderamente
te protegerá, Jesús? Pruébalo. Pruébalo para Ti mismo, pruébalo para mí, y para
todo Israel. Subas sobre el pináculo del temple y brincas. ¿No declaró el Salmo
91 que Dios dará a Sus ángeles carga de Ti para cuidarte de aun dañar a un dedo
de pie?”
Satanás usa las Escrituras, pero siempre cambiara
una frase o dos en el proceso. Salmo 91:11 actualmente dice, "Pues a sus ángeles mandará acerca de
ti, que te guarden en todos tus caminos"—en todos los caminos
de Dios. Jesús sabía esto y contestó apropiadamente.
Mateo 4:7
"El Padre proveerá para Mí, y el Padre me
protegerá, pero yo no voy a probarlo para darte a ti o a cualquier otra persona
la satisfacción. La Escritura dice Satanás, que no debemos probar a Dios.”
No sacamos la Escritura del contexto. No probamos a
Dios. Si acuesta usted en media de la autopista diciendo, “Voy a probar ahora
mismo si Dios está conmigo y que Él me guardará,” ¡Él te cuidará seguramente--pero
en el cielo!
No tentarás al Señor. No digas, “¿Cuán lejos puedo
empujar sin estar dañado? ¿Qué tanto puedo parecer como los del mundo sin estar
en el mundo?” No lo haga. No brinques del templo para probar tu espiritualidad,
tu libertad o tu madurez. Jesús dijo. “No me caeré en esta tentación. Sé que mi
Padre está conmigo. Sé que Él me protegerá. No tengo que probarlo.”
Mateo 4:8-10
Finalmente, Satanás cuestionó la promesa del Padre.
El Padre prometió todas las cosas a su Hijo. Pero Satanás vino a Jesús
diciendo, “El mundo es mío para darte si Tú me adoras a mí.”
¿Cómo ganó Satanás el control del mundo?
Originalmente. Dios dio al hombre dominio sobre la tierra, pero cuando Adán pecó
en el huerto de Edén, lo dio el título del planeta a Satanás. Por lo tanto,
Satanás tenía el derecho de decir a Jesús, “Te daré potestad sobre todo el mundo
ahora mismo. No tienes que ir al camino de la Cruz. No será necesario para Ti
irte al infierno. Te daré todo ahorita si postrado me adorares. ¡Toma el corto
camino! ¿La promesa del Padre? ¿Quién sabe cuándo sea cumplida o si sea
cumplida? ¡Adoraras a mí, tomes todo ahorita!”
Y
hermano soltero Dios prometa a usted, que lo va a bendecir. Él susurro la
promesa en su corazón que en el momento correcto, Él le mandará la persona con
quien puede caminar en el camino del Señor. Pero Satanás viene a usted y dice,
“¿Está seguro que la promesa pasará? Yo puedo darle la mujer de sus sueños
ahora. Oh ya sé que no es cristiana pero usted puede influir su dirección. Ella
irá a la iglesia con usted. No habrá problema, todo saldrá bien.” Satanás viene
a nosotros y empieza a echar dudas acerca de la confianza que tenemos en el
Padre si podemos creer en la promesa, ‘deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las
peticiones de tu corazón.’ “¿Por qué tienes hambre? ¿Dónde está la
provisión del Padre?” Él dice, “¡Brinca! ¿O duda que el Padre le proteja?
¡Hágalo ahorita! No tiene que esperar la promesa.”
Si
analiza las tentaciones que vienen a usted, pienso que verá que todas están en
una de las tres categorías; estará tentado a negar la provisión del Padre, a
dudar la protección del Padre, o desesperar las promesas del Padre.
Mateo 4:11
Cristo sobresalió de las tentaciones de Satanás. ¿Cómo
lo hizo? En primer lugar Él usó las Escrituras. Si fueron cuestiones de provisión,
protección o promesa, en todos casos Jesús se refirió a la Escritura. Esta me ánima
mucho porque yo también puedo hacerlo. Cuando el Enemigo me ataca, puedo
recitar las Escrituras. Y también puede usted. Haga exactamente lo que hizo Jesús.
Si no lo tiene, sugiero un librito de las promesas bíblicas que contiene 800
promesas de la Palabra, y viene en categorías para todas situaciones.
Ochocientos promesas para utilizar cuando el Enemigo dice, “El Padre no le
proveerá. El Padre no le protegerá. La promesa no se aplica a usted.”
Citar las Escrituras. Pero darse
cuenta que cuando Jesús dijo, “El hombre no vivirá de pan solamente.” Él estaba
diciendo, “No viviré de pan solamente. Las cosas materiales no tendrán
prioridad para Mi.” Cuando Él dijo, “No tentaras al Señor tu Dios,” Él estaba
diciendo, “No lo haré porque la Palabra lo prohíbe.” Cuando Él dijo “Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás.” Él estaba diciendo, “Serviré a Mi Padre y a El
únicamente.”
Muchos cristianos piensen erróneamente
que por simplemente citar las Escrituras, Satanás va a correr. Pero Satanás
también cita la Escritura y los demonios también. El poder está en la sumisión
a la Palabra, no en la recitación de ella. Satanás se va cuando él nos escucha
decir, “Lo haré.” No, “Puedo recitarla.”
Las tres Escrituras que citó Jesús están de
Deuteronomio 6 y 8— una porción relativamente pequeña de la Escritura.
Personalmente, Creo que Cristo estaba teniendo sus devociones en aquel lugar
cuando estaba tentado. Meditación en la Palabra de Dios esta tan importante
porque Satanás muchas veces ataca cuando menos espero. Nunca me dice adelante,
“Oye, te voy a visitar en tres días prepárate.” No, el me vigila y espera hasta
que sepa que estoy en un lugar de debilidad, frustración, tensión, cansancio o
transición y—ya—me ataca. Efesios 6 dice la Palabra de Dios es la Espada del
Espíritu. Aprenda la Palabra. Meditar en la Palabra. Plantarse en la Palabra. Y
como Jesús, en sumisión a la Palabra, pueda ganar al Enemigo.
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