Wednesday, July 17, 2013

“Los Inocentes de Belén” Un estudio temático Mateo 2:16-18

En el capítulo dos de Mateo, llegamos, por supuesto, al nacimiento del Rey delos reyes, Jesucristo.
Así dice Jehová: Voz fue oída en Rama, llanto y lloro amargo: Raquel que llora por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.—Jer_31:15

Herodes entonces, al verse burlado de los sabios, se llenó de ira, y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los sabios. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, que dijo: Voz fue oída en Rama, lamentación, lloro y gemido grande, Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.Mat_2:16-18
     
Cuando los babilonios invadieron a Judá en 586 AD y llevaron los judíos en cautividad a Babilonia, Jeremías 40, nos dice que el acampamento de la deportación estaba en Rama, una ciudad 8 km al norte de Belén. Inspirado por el Espíritu, Mateo se refiere a aquello evento como una imagen de su cumplimento final aquí en la historia de la natividad, seis cientos años después. Porque una vez más había lamentación en Rama, como Raquel—las madres de Israel—lamentaron por sus hijos los quienes fueron exterminados por Herodes en su locura para matar al bebé Cristo.
"Paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres." cantaron los ángeles en los cielos en la noche que nació Jesús. Pero hay otro lado de la historia navideña. Nada más “O pequeño pueblo de Belén cuan tranquilo está,” pero “O pequeño pueblo de Belén cuan profundo es su llanto.”

Soldados marchando en las calles en lugar de los pastores corriendo en las calles. Y espadas en lugar de la varas, y en lugar de “paz en la tierra” el lamento con gritos de las madres. Imagínense a sí mismas allí, madres. Soldados romanos marchando a través de todo su pueblo, robando a sus bebés y lanzando sus espadas en los corazones de los bebés o descabezándolos, mientras usted está gritando y llorando, pero impotente para hacer algo y sin esperanza. Así es el resto de la historia de la Navidad, por el Bebé de Belén trajo ríos de sangre a Belén, cumpliendo la profecía de Jer_31:15 con lamentación, lloro y gemido grande. No dudo porque en Mateo 10, Jesús nos dijo estas palabras acerca de su ministerio:

No penséis que he venido para meter paz en la tierra; no he venido para meter paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre los de su propia casa. El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:34-38

La venida de Cristo todavía causa dolor. Cuando abre su corazón al bebé de Belén, entiende que el dolor y la separación seguramente van a seguir.
Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando luego la barca y a su padre, le siguieron. Mateo_4:21-22

Ustedes que han dado sus vidas a Jesucristo, saben esto: Lo puede causar división entre sus familias. No estoy diciendo que será una división física, pero una división emocional por sus inhabilidades de entender que está haciendo usted y “¿Cómo puedes escoger estar en comunión con Dios y en su iglesia en lugar de estar con nosotros festejando como hiciste antes?” Muchos padres preferirían que sus hijos fumen mariguana que estar siempre yendo a la iglesia. “¡Estás haciendo un fanático religioso!” ellos dirán. “Cualquier otra cosa, pero eso ¡NO!” Habrá división entre amigos. La espada viene, y de repente, el grupo con que estaba siempre no le quiere incluir en sus planes. “Estabas muy divertido,” dirán ellos. “¿Qué te pasó?”
            Habrá también una división entre la carne suya. Si son verdaderamente sinceros en sus deseos de seguir al Bebé de Belén, también la carne tiene que morir. Y la carne no se muere tan fácilmente. Se lamenta, grita, y llora, “¡satisfáceme!” Pero ustedes, los quienes están serios tienen que decir, “La espada tiene que venir. No seguiré los deseos ni la impulsividad de la carne. No estaré dominado por la carne ni por los pecados de la sociedad.”

Se cuenta que unos creyentes de la historia durante el primer siglo, cuando Adriano, emperador de Roma, hizo la guerra contra los cristianos en el imperio, un grupo de cuarenta creyentes se reunieron para adorar. Los soldados los rodearon y le dijeron: "Por orden del emperador, su adoración a este llamado Rey de los Judíos debe cesar de inmediato, o serán ejecutados."
"Haz lo que quieran", respondieron los cuarenta, "aunque nos cueste la vida."
Así que los soldados romanos se los llevaron en una región montañosa. Era invierno, y el pequeño lago en la zona estaba completamente congelado. El capitán de la guardia dijo: "He aquí una oportunidad más para que ustedes puedan negar a Jesucristo, o vamos a colocarles en el lago durante toda la noche hasta que sus cuerpos congelan."
"Mejor congelar una noche que quemarnos una eternidad en el infierno," contestaron los creyentes valientes.
Así tomaron sus lugares en el hielo. Castañeteaban los dientes y las rodillas golpeándose cantaron, “Cuarenta soldados valientes por Cristo” mientras los romanos burlaban de ellos. Ocasionalmente el capitán grito. “Sean inteligentes, hombres. Negar a Jesús solo por un momento. Vengan y caliéntense por la fogata.” Pero los creyentes siguieron cantando, “Cuarenta soldados valientes por Cristo”. Después de una hora más o menos, un cristiano se levantó, no podía aguantar el dolor más. Se corrió a la fogata, diciendo, “¡Yo niego a Jesucristo!” Y él entro el lugar de la fogata para calentarse a sí mismo. Él no podía pagar el precio, y dio espalda al Bebé de Belén.
¿Qué hay de usted? ¿Qué pasaría si de repente estuviera absolutamente prohibido nombrar el Nombre de Jesucristo? ¿Estaría usted dispuesto a sufrir, para estar torturado o morir?
No penséis que he venido para meter paz en la tierra; no he venido para meter paz, sino espada. .—Mateo_10:34

Acordaos de la palabra que yo os dije: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.—Juan_15:20

Así dice Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo…—Jeremias_31:15 (a)
¡Pero espera! Hay un asterisco, una nota al pie que debemos considerar. Mira, los judíos sabían que aun cuando Jeremías lloró por una nación a punto de ser destruida, sino que también le dio a Israel una esperanza encajado en los capítulos 30-33.
Así dice Jehová: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque tu obra será recompensada, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza también hay para tu fin, dice Jehová, y los hijos volverán a su término.Jeremias_31:16-17

"No llora," dice el Señor. "Oigo el llanto que está pasando en Israel, pero ustedes no vean lo que viene. Reprime su voz del llanto. Sus hijos volverán-más fuerte que nunca. La nación sobrevivirá, y será prosperada. Se establecerá el reino. El desierto florecerá. Y ustedes tendrán la paz y la prosperidad como ninguna otra nación en la historia del mundo”
Y yo les digo el mismo hoy en día. Si a veces siguiendo al Señor significa la espada, el sufrimiento, y lamentación. Si hay un costo. Si, puede causar dificultades. Pero también digo, “reprime de su llanto porque las bendiciones que vienen son aún más grandes.”
Ustedes que han sentidos traicionados por sus familias porque piensan que es fanático, sabe esto: Tiene usted una familia nueve que es eternal-una familia con los mismos valores, corazones y prioridades como los suyos; hermanos y hermanas que quieren a usted, y otros hermanos y hermanas que serán como padres para usted. Esa es lo que significa el diálogo en Marcos 10.
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.
Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que ninguno hay que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no haya de recibir cien tantos ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
Marcos_10:28-30
¿Hasta cien veces? ¿Cómo puede ser? Así será: Si mi casa estuviera destruido en un incendio hoy, yo sé que habrá cien hermanos ofreciéndonos un lugar para vivir— ¡por lo menos un rato!  En mi familia eclesiástica, tengo cien casas. Tengo terreno. Tengo hermanos. Tengo amigos, hermanas, y madres. Esta es tantas veces mejor que yo teniendo mi propia pequeña familia. Tengo algo muchísimo más grande. Se llama la familia de Dios.
Su Amigo será fiel. Si mis amigos me desilusionan, que así sea. He intercambiado amigos que son inconstantes por un Amigo que nunca me fallara-aun cuando yo estoy fallando a Él. Jesús llamó a Judas “amigo” aun en el momento de su traición. Eso es el tipo de Amigo que quiero yo.
¿Su carne? Permítala morir.
El que hallare su vida, la perderá; mas el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará. Mateo_10:39
¿Qué serviría la muerta mía? pregunta usted.
¿Recuerde los cuarenta creyentes en el lago en el norte de Italia? Después de que uno de sus hermanos salió corriendo, ellos siguieron cantando, solamente cambiaron su canción a “Treinta y nueve soldados valientes por Cristo.” Uno de los soldados romanos observándolos a ellos fue tan conmovido que él corrió al lago y dijo, “No. Cuarenta soldados valientes por Cristo.”
Si vives por su familia, sus amigos, o por la carne, perderá todo. Pero si sacrifica su vida y diga, “Señor, seguiré a Ti, estoy muriendo a mí misma. Permite que la espada cortara dondequiera.” Encontrará vida. Así es la ironía del cristianismo: Lo más que uno se muere, lo más que viviera. Seguir al Bebé de Belén. Sí, tendrá lamentaciones, y llanto. Así era la profecía Jer_31:15. Pero no olvidan el versículo Jer_31:16. Buenas cosas vienen. Ustedes que han pagado el precio y llevado sus cruces, no lamentan. Haya dolores y tristezas, pero las bendiciones que tienen ahora mismo y las que vienen son mucha más grandes.

¡Verdaderamente son!

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