Por 400 años, los judíos
no habían escuchado a un profeta llamándoles en el nombre de Dios. Y de repente
llegó Juan el bautista.
Lee: Mateo 3:1–4 (también
ve: Marcos 1:1-8, Lucas 3:1-18, Juan 1:6-28)
Juan predicó en el
desierto, que era apropiado porque Israel era muy seco espiritualmente durante
aquellos días. Él no llegó vestido de sus vestiduras del sacerdocio, sino en
pelo de camello-igual de pantalones de mezclilla rotos-un cinto grande de piel
en sus lomos y las piernas de langostas saliendo de la boca.
Lee: Mateo 3:5, 6
Fuertemente y sin temor
Juan dijo, “¡Arrepiéntete! Hay que cambiar su camino por completo. El reino de
Dios venga. ¡Estad listos! ¡La hora ha llegado!”
De cierto os digo: Entre los nacidos
de mujer jamás se levantó otro mayor que Juan el Bautista;… Mateo 11:11 (a)
No dudo porque Jesús dijo
que de todos los hombres nacidos por mujeres que Juan era lo más grande. Gente
vino de muy lejos, y en estos días no era una cosa pequeña, para escuchar la
voz de autoridad. Pero pon atención--Jesús continuó a decir…
…pero el que es menor en el
reino de los cielos, mayor es que él. Mateo 11:11 (b)
¿De quién está hablando,
Jesús? Él está hablando de usted. Jesús dijo que es más grande que Juan con
todo su poder y autoridad. ¿Por qué? Porque usted ha visto cosas que Juan no
podía.
Juan, más tarde dudó si Jesús
era en verdad el Mesías. “¿Por qué no haces nada para establecer Tu Autoridad?”
Juan estorbo y no vio claramente. Pero usted si entiende. Usted sabe que Jesús
vino como el Salvador para sufrir antes de regresar como el Rey Conquistador. El
Señor le ha puesto en Su Reino, y Jesús mismo dijo que el que es el menor en el
reino, mayor es que el profeta más grande.
¡Qué privilegio! Siento
tan honrado que Dios nos hubiera puesto en esta época e incluirnos en su Reino.
Pudiéramos haber nacidos siglos antes de Cristo y nos pudiera haber hecho
profetas llamando al fuego de los cielos, levantando a los muertos, sanando a
los leprosos. Pero en lugar de haber hecho, dijo, “Haré algo más grande. Ellos
estarán parte de Mi iglesia.”
Lee: Mateo 3:7
Ahora, no creo que Juan estaba dando una palabra de
condenación, sino una palabra de sorpresa. Asombrado, el preguntó, “Generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la
ira que vendrá?” Yo imagino una risa en su voz cuando
dijo esto.
Lee: Mateo 3:8
“No sirve para solamente entrar
el agua,” Juan avisó. “Es la manera para vivir. Si su arrepentimiento sea
sincero, la fruta saldrá de su vida.”
Lee: Mateo 3:9–12
Mucha gente quiere el poder
del Espíritu, pero no quiere el fuego o sea la pureza. Hechos
8:9-22 habla del “hombre Simón, el cual había ejercido la magia en aquella ciudad, y
había engañado a la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande. A éste oían
atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Éste es
el gran poder de Dios.
Y le estaban atentos,
porque con sus artes mágicas los había hechizado mucho tiempo.
Pero cuando creyeron a
Felipe, que les predicaba acerca del reino de Dios y el nombre de Jesucristo,
fueron bautizados, así hombres como mujeres. Entonces Simón mismo también
creyó, y cuando fue bautizado, permaneció con Felipe, y viendo las maravillas y
grandes milagros que se hacían, estaba atónito.
Y los apóstoles que
estaban en Jerusalén, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de
Dios, les enviaron a Pedro y a Juan; quienes, habiendo descendido, oraron por
ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido
sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre
del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu
Santo.
Y cuando vio Simón que
por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les
ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a
quien yo impusiere las manos, reciba el Espíritu Santo.
Entonces Pedro le
dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se
adquiere con dinero. No tienes tú ni parte ni suerte en este asunto; porque tu
corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y
ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón.
Creo que hay dos tipos de
hombres sabios: los sabios--sabios y los sabios--necios. Algunos vienen para
adorar a Jesús solamente por Quien es Él. Otros dicen, “Quiero tener el poder
para llevar a la gente cautivada y curiosa.” Pero el bautismo de Jesús en el
Espíritu es el bautismo del fuego--que nos indica la pureza. Tiene que morir a
sí mismo, una limpieza de los motivos. Mucha gente quiere el poder, pero no
quiere cambiar el estilo de vida.
Lee: Mateo 3:13–17 (también
ve: Marcos 1:9-11, Lucas 3:21-22)
En este pasaje, vemos la
imagen perfecta de la Trinidad--El Espíritu Santo descendió sobre el Hijo,
mientras la Voz del Padre es escuchado. Hay pistas de la Trinidad a través de
todo el antiguo testamento, desde el primer versículo.
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Génesis 1:1
La palabra hebrea
traducido “Dios” es “Elohiym”. “El” es la forma singular para decir Dios;
“Elohiym” es la forma plural. Aquí en el bautismo de Jesús, la Trinidad no se alude sólo lingüísticamente,
pero se muestra físicamente el Hijo bautizado, el Espíritu
que descendía, y hablando del
Padre. Lo vemos, aun lo sigue
siendo un misterio muy grande. No hay tres Dioses. Hay un Dios, un Dios en tres
Personas. ¿Cómo puede ser?
San Patricio fue el que trató de ilustrar esta idea en la naturaleza. Usó el
trébol como una imagen de la
Trinidad-tres hojas de trébol, pero una.
Otros han dicho: "Mira al hombre-cuerpo, alma y espíritu. Un hombre puede ser padre, hijo y hermano, sin embargo, sigue siendo una sola persona."
Otros han dicho: "Mira el agua. Puede ser líquido, sólido o gaseoso." Y los científicos nos dicen que en absoluto cero grados, por una fracción de segundo, el agua puede ser las tres cosas a la vez.
Otros han dicho: "Mira al hombre-cuerpo, alma y espíritu. Un hombre puede ser padre, hijo y hermano, sin embargo, sigue siendo una sola persona."
Otros han dicho: "Mira el agua. Puede ser líquido, sólido o gaseoso." Y los científicos nos dicen que en absoluto cero grados, por una fracción de segundo, el agua puede ser las tres cosas a la vez.
Hay miles de ejemplos que
han estado usados a través de la historia con la intención de hacer el concepto
de la Trinidad, tres en Uno, más entendible. ¿Por qué es tan importante el
concepto de la Trinidad? Luchaba yo por muchos años con esta pregunta.
“Señor ¿Por qué tres?” Pregunté
yo. “¿Por qué no lo hiciste muy simple para nosotros y evitaste muchos
problemas con la Trinidad? Estamos acusados de ser politeístas. Confundimos en
nuestras oraciones. Estamos todos revueltos en nuestros pensamientos. ¿Por qué
no solo hiciste Uno, solamente Tu Señor?
En años recientes, sin
embargo, he llegado entender la Trinidad mejor y eso cambio mi perspectiva
completamente. Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu moraban juntos en
épocas pasadas--billones de años antes de los años empezaron--estaban
perfectamente contentos. El Padre amó al Hijo. El Hijo honró al Padre. Los tres
de Ellos moraban juntos en harmonía completa, en satisfacción total. Ellos son
y siempre serán una familia. Pero solamente son Uno.
¿Qué significa esto? Al
contrario de las enseñanzas populares de hoy, esto significa que Dios no me
necesitaba. Dios existía por billones y trillones de años sin el hombre. ¿Y
sabe qué? Él estaba muy bien. Él no nos necesita, hermanos. Tan grande es el
amor de Dios que le dio su Hijo unigénito para morir y llevar a todos nuestros
pecados al infierno para redimirnos. Él está enamorado de usted, no hay duda,
pero no nos necesita. Y esto nos quita la presión porque cuando el amor es de exigencia,
no es amor.
• “Te necesito. Tengo que
tenerte.”
• “¿Dónde has estado? ¿A
quién hablas?”
• “¿A dónde vas? ¿Con
quién andas? ¿Puedo irme, yo?”
Cuando el amor no es “trino”, se hace desesperado y
restrictivo. Lo causa tensión y ansias, uno se siente atrapado y vigilado.
Muchas
personas imaginan erróneamente que Dios está preocupando por nosotros, pasando
por las nubes, dudando si lleguemos a su voluntad. No es así. Él está muy
contento, completo y satisfecho. Aun Él es tan magnánimo y expansivo que Él
eligió a crearnos, amarnos, y caminar con nosotros. No es una exigencia. No es
una necesidad. Es una invitación.
¡Esa
me bendice mucha! “No me necesitabas, Señor. Y no me necesitas ahora. Pero
todavía me amas. Todavía me quieres vivir contigo para siempre. ¡Guau!”
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11:28, 29
Hay Uno que le ama, que
no está apurado por usted, o cargado de usted. Él que es manso y humilde. Y el
misterio de la Trinidad me da descanso en mi relación del amor con Él.
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